Hidrógeno (H₂)

El hidrógeno existe de forma natural en la Tierra, pero en su forma elemental no se encuentra en grandes cantidades, por lo que se produce industrialmente de varias maneras. Con diferencia, el método más común consiste en el reformado con vapor de metano (SMR), donde el vapor reacciona ante el gas natural (metano) a temperaturas muy altas para producir gas de síntesis (una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono). El gas de síntesis puede procesarse para convertir el monóxido de carbono mediante una reacción con vapor para producir más hidrógeno. También se puede producir hidrógeno usando combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, por gasificación o con procesos de electrólisis del agua.

El hidrógeno se puede utilizar como combustible por combustión o con una pila de combustible de hidrógeno. El sector aeroespacial utiliza hidrógeno como combustible para los cohetes. Las refinerías de petróleo utilizan hidrógeno para producir combustibles de transporte con menor contenido de azufre y una combustión más limpia, reduciendo así la contaminación del aire. En metalurgia se usa hidrógeno para reducir los óxidos metálicos y evitar la oxidación durante los procesos de tratamiento térmico.

El hidrógeno se utiliza para reducir las atmósferas en la fabricación de semiconductores. En los sectores químico, farmacéutico y alimentario, los procesos de hidrogenación se utilizan para combinar moléculas de hidrógeno con otros compuestos (por ejemplo, aceites y grasas) y así ayudar a ampliar el tiempo de conservación, modificar propiedades o realizar transformaciones altamente selectivas.

En el sector del hidrógeno para movilidad, los vehículos de pila de combustible utilizan hidrógeno para alimentar un motor eléctrico. En la producción de vidrio plano o flotante, se utilizan mezclas de nitrógeno e hidrógeno para purgar y capturar cualquier molécula de oxígeno que esté presente en el proceso, evitando así la oxidación y los defectos del vidrio.